Las hermanas Lola, Amparo y Julia Touza Domínguez recibieron el pasado 7 de septiembre en su Ribadavia natal un emotivo homenaje póstumo en reconocimiento a su labor de ayuda desinteresada a judíos perseguidos por el nazismo durante la II Guerra Mundial. Las tres, con la colaboración de dos taxistas —José Rocha y Javier Míguez— y de un intérprete —Ricardo Pérez Parada— se encargaban de ocultar a los judíos y de llevarlos hasta la frontera con Portugal, país desde el que embarcaban más tarde hacia América o hacia el norte de África. Esta red clandestina de apoyo a los judíos debió funcionar entre los años 1943 y 1945.
La cantina de la estación de ferrocarril de Ribadavia que regentaban las hermanas Touza.